sábado, julio 09, 2011

Transformers: El Lado Oscuro de la Bazofia

Esta porquería de película es insultante por muchos motivos. Para empezar, por creer que somos lo suficientemente idiotas como para pagar dinero para verla y segundo porque lamentablemente lo consigue, confirmando que la gran mayoría de nosotros (los mortales) somos, efectivamente, idiotas.

¿Qué puedo decir de este bofe deforme? ¿Por dónde empiezo? A ver, la película es la tercera y última de la saga de los robots que primero fueron juguetes, después dibujo animado y después película. Afortunadamente es la última, después de un debut, aceptable a duras penas, siguió una secuela pedorra y terminamos con este mamarracho indigerible lleno de frases idiotas y referencias patrióticas totalmente fuera de lugar.

El elenco. Realmente hay gente que debería sentir un poco de vergüenza por aparecer acá. Shia LaBofe hace lo mismo de siempre y Rosie Huntington-Whiteley hace de Megan Fox que en las anteriores hacía de minita de LaBofe. Yeah right, como si en la vida real un recién egresado de la facultad desempleado pudiera estar con una perra de ese calibre. No, en serio. Me parece mas increíble eso que una raza de robots que se convierten en electrodomésticos. Posta.

También aparece John Turturro, el esposo de Fergie, el negro ese al que le brilla mucho la pelada, Ken Jeong (el chino de The Hangover), el doctor de Grey’s Anatomy (bueno… mi esposa la ve) y… (agárrense los pantalones) John Malkovich y Frances McDormand.

¿Qué carajos hacen Malkovich y McDormand en esta mierda monumental? Honestamente no lo sé, y creo que hasta que ellos mismos no nos lo cuenten, seguirá siendo uno de los misterios del universo. Comparable quizás a saber que hay en un agujero negro. Lo digo porque ni siquiera la guita lo justifica, así que debe haber otra razón todavía desconocida y misteriosa.

La historia. Realmente es tan pero tan pedorra que no vale la pena comentar al respecto. En serio, es malísima, muy mala. Tan mala que creo que tuvo consecuencias físicas en mí. Creo que los mocos horribles y verdes que estoy produciendo ahora son producto de la sobreexposición a esa trama tan lamentable.

¿Y la acción? Seguramente compensa sobradamente todas las deficiencias en otras áreas ¿no?. Ni en pedo. Dos horas treinta y ocho minutos es demasiado tiempo para no tener una historia, y después de tanto tiempo toda la acción y las escenas en bullet time pudren y se vuelven repetitivas. Para colmo, esa política de hacer la película apta para la mayor cantidad posible de público, quiere decir que a pesar de la destrucción masiva de cosas que hay en la película, no hay ni una puta escena realista porque no se muestran muertes humanas, sangre o nada de ese estilo. Una cagada.

Ahora dirán “Pero es Transformers, no podés pretender una película con la súper trama porque estas películas son sólo para ver la acción”. Bueno, la acción auburre, y no crean que fui a verla con la actitud errónea. Siempre fui muy consciente de que para “tratar” de disfrutarla iba a tener que dejar mi cerebro afuera del cine. Lo que nadie me avisó es que también iba a tener que dejar mis testículos, porque esta película me rompió las pelotas.