lunes, octubre 01, 2007

¿Se acuerdan del 2002?

¿Se acuerdan del grupo de la muerte? ¿Se acuerdan que éramos los "favoritos"? ¿Se acuerdan de la amargura de Verón, la impotencia de Crespo y en general de la falta de actitud de los "favoritos"?
Así pasa con el deporte estrella en nuestro país. Grandes figuras, contratos millonarios, publicidad internacional, grandes expectativas y gigantescas decepciones. Todavía a la espera de un mesías, un salvador, un Diegord joven que nos saque de la mediocridad actual. Pero nunca va a pasar, fieles a nuestra condición de argentinos, buscando que una persona nos solucione los quilombos. Que un dotado haga lo inimaginable para traernos lo que hace tiempo que esperamos. No, me parece que no es así. ¿Y por qué no?, porque el fútbol se juega en equipo, y hace 12 años que Argentina no tiene un equipo de fútbol.
En contraste tenemos a Los Pumas. Llegan sin hacer ruido, a jugar en un grupo con el dueño de casa y campeón del hemisferio norte y con el subcampeón del hemisferio norte. Todo esto en un deporte en el que no nos tienen miedo, en donde siempre somos el que tiene las de perder. ¿Y? ¿qué pasó?. Los Pumas terminaron primeros, cuando NADIE hubiera apostado a eso al principio del campeonato, sorprendiéndonos otra vez. ¿El motivo?, fácil señores, por el mismo motivo por el que la selección de fútbol apesta, porque Los Pumas son un equipo, la selección no.
Podría hacer mil analogías sobre como en este momento son un ejemplo para todos, pero mejor me quedo con la alegría de ver a 30 argentinos que se salen del estereotipo típico.